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Miguel Hernández y el paisaje de Orihuela en Santa Pola, 28-03-19



Presentación del libro Miguel Hernández y el paisaje de Orihuela, de Miguel Ruiz Martínez en Baluarte del Duque del Castillo de Santa Pola en el LXXVII aniversario de la muerte del poeta.



Introducción. Literatura, trabajo, paisaje


        Entre los años 2014 y 2017 he publicado una serie de artículos, hasta 48,  Orihuela, literatura y patrimonio, en los periódicos La Verdad y Las Provincias, un trabajo dedicado a resaltar el patrimonio cultural oriolano, en especial el patrimonio literario. Un tercio han estado dedicados a Miguel Hernández. La serie se interrumpió bruscamente a principios de 2017, al desaparecer la sección de La Verdad dedicada a la provincia de Alicante. Esos artículos han aparecido también en formato de libro bajo el título de Orihuela. Literatura y patrimonio, 2017.

He seguido trabajando sobre el patrimonio literario de Orihuela centrándome, en este año del LXXV aniversario de la muerte de Miguel Hernández, en aspectos de su obra y de su biografía. El resultado comprende los veinticuatro  artículos que forman este libro. Uno de ellos, ampliado, se ha presentado como comunicación al IV Congreso Internacional Miguel Hernández, recientemente celebrado.

En este año de 2017, en que la agenda literaria de Orihuela está tan llena de efemérides –no en vano nuestra ciudad aspira a ser Ciudad Creativa Literaria de la UNESCO-, he querido relacionar la obra de Miguel Hernández con las de Gabriel Miró, Ramón de Campoamor, Manuel Molina, Rafael Pérez y Pérez, y otros escritores. También se refieren algunas circunstancias que concurrieron en el primer homenaje colectivo y público que se tributó a nuestro poeta en Orihuela, primavera de 1971, por parte del Club Tháder.

¿Sobre qué fondo discurren los párrafos de los trabajos que se articulan en las páginas siguientes? Las más de las veces sobre paisajes de Orihuela, de su huerta, de su sierra, de sus palmeras, todos ellos necesarios para entender una parte importante de la obra de Miguel Hernández. Pero también se sale de dichos paisajes y se llega al paisaje de escritores que influyeron sobre nuestro poeta, o sobre formas populares que también le prestaron ayuda para redactar versos a través de todas sus etapas. Por lo que respecta a los paisajes de nuestro entorno se presta atención, sobre todo, a la huerta, y dentro de ella al palmeral. Se podría decir, en este sentido, que Miguel Hernández sigue siendo el gran valedor de este monumento paisajístico generado por la mano del hombre a través de los siglos y sobre el cual se ciernen claras amenazas desde hace bastantes décadas. El patrimonio literario creado por el autor de Cancionero y romancero de ausencias nos ayuda a reclamar la salvaguarda de la huerta, paisaje construido por manos huertanas, desde hace cerca de veinte siglos, sobre el antiguo salobral de la inmensa palus que describiera Avieno a su joven discípulo Probo, ante un mapa, a la vista del enorme aguazal de la desembocadura de los ríos Theodorus, Alebus y Canis.


El paisaje de Orihuela, vega, huerta, campo, sierra, ciudad, está cambiando rápidamente. La historia, la especulación, los hombres, el sistema,  las condiciones socioeconómicas amenazan con seguir arramblando elementos cotidianos que quedan de este donde en que nos movemos. La obra de Miguel Hernández no puede entenderse sin enmarcarla en el paisaje en que nació y su entorno inmediato. Y eso se puede decir, es verdad, de cualquier creador. Pero en el caso de Miguel se puede predicar muy intensamente el aserto. [...].


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