Proyecto de un Centro de Interpretación del Palmeral de Orihuela
Proyecto
de un Centro de Interpretación del Palmeral de Orihuela (I)
El
día 2 de mayo de 2020, repasando los muros de Facebook, entreteniendo el
confinamiento de estos días alarmados y viejos de la pandemia del coronavirus,
me encuentro con un completo, entrañable y emocionado artículo de José Jaime
Verdú, titulado “La casa de los Verdú”.
En
él se hace eco de la satisfacción que le produce la cercana rehabilitación-reconversión
de dos de las tres casas de la finca de los Verdú, en un Centro de Interpretación del Palmeral de Orihuela, a
impulsos del Ayuntamiento. A continuación, relata la historia de su familia en
relación a casa -la intrahistoria que diría Unamuno, o la historia de las
pequeñas cosas en que se solazaba en sus escritos el maestro Azorín-.
La
casa de los Verdú -bueno, los huertanos, hace más de medio siglo decíamos de
los Verduses- está localizada, quién no lo sabe, donde la avenida del D. García
Rogel gira un poco a la derecha viniendo de la ciudad hacia el Escorratel. En
realidad, la tal avenida fue nombrada como la “alameda de las mil palmas” en
alguno de los versos juveniles de Miguel Hernández -en uno de mis libros
sobre patrimonio literario lo he anotado-, que tanto anduvo por el Palmeral y
sus contornos huertanos.
José
Jaime Verdú, colega del Laboral, cuenta emocionado su historia, originariamente
vinculada al Palmeral, una historia personal paralela a la de gentes que
salieron del entorno de los huertos de palmeras, entre las que me cuento. Me da
que habla con mucha nostalgia del este lugar maravilloso, de este monumento huertano, ejemplo único de
paisaje humano, que no natural, como se empeñan algunos en calificarlo. No es
un paisaje natural, no, que es un paisaje creado y mantenido a lo largo de
siglos con el trabajo y el sudor de huertanos y huertanas.
Un
Centro de Interpretación de Orihuela. La
memoria, que todavía me funciona, a ratos, me lleva a una estantería, donde
tengo los materiales y los trabajos de un Máster en Gestión del Patrimonio
cursado por un servidor en Orihuela durante los cursos 2012-2013 y 2013-2014.
Pues bien, cojo el trabajo de fin del curso 2012-2013, y veo que lleva como
título
PROYECTO DE UN CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL PALMERAL DE ORIHUELA
Tal
trabajo se entregó a la Universidad de Alicante y al Ayuntamiento de Orihuela,
ambas instituciones organizadoras del título. El objetivo de tal Máster era
formar profesionales para la gestión del patrimonio y formular con sus trabajos
oportunidades de puesta en valor de nuestro riquísimo acervo patrimonial. Claro
está que se daba por sentado el que, si se llevaban a cabo nuestras propuestas, se nos consultaría nuestra opinión al respecto, como generadores de la idea.
El
trabajo de marras se entregó en 2013. Estamos en 2020. Quizá se me diga algo
personalmente respecto al Centro de Interpretación del
Palmeral de Orihuela. Quizá pueda aportar algunas sugerencias. Que es un
trabajo que me llevó medio año. A lo mejor alguno de estos días…
Al
rebujo del artículo facebokístico de José Jaime me asomo a las noticias
escuetas que da la prensa digital sobre la conversión de Los Verdú en la sede
del Centro de Interpretación del Palmeral. Y ¡oh, Dios mío!, me encuentro con
que el proyecto museístico va acompañado de otro proyecto, el de La Canal de la Escorrata. Otro viaje a la
estantería donde están los materiales del Máster. Saco otro trabajo, el que me
dio, definitivamente, acceso al título de Máster en Gestión del Patrimonio.
Resulta que mi querido trabajo, correspondiente al curso 2013-2014, se llama, así
de largo, así de chulo,
LA CANAL DE LA ESCORRATA,
DENTRO DEL SISTEMA HIDRÁULICO VERTEBRADOR DEL
PALMERAL DE ORIHUELA: LA ACEQUIA DEL ESCORRATEL Y EL AZARBE DE LAS FUENTES.
PROPUESTA DE UNA RUTA TURÍSTICA SOBRE LA ARQUITECTURA DEL AGUA EN ORIHUELA Y SU
HUERTA.
Pues
nada, aquí queda la primera entrega -vendrán algunas más, que aspiro a ser
escritor- sobre mis trabajos del Máster en Gestión del Patrimonio -oriolano, por
supuesto-, al que dediqué dos años de esfuerzo continuado. En los próximos días, más. A la espera que, por lo menos, se me diga
algo, aunque sólo sea algún eco de la propiedad intelectual.
Las
entregas irán saliendo hacia donde pueda ser, desde mi blog, que se llama
Agendiaria. Literatura y patrimonio. Poco a poco.
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