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Mostrando entradas de 2019

El barro ha del volverte de lo mismo

El barro, Miguel, se siente no correspondido por la amada, pese a todos los intentos amorosos que hace. Al final del poema el poeta omnisciente, muy despechado, lanza una serie de imprecaciones hacia la chica. Y termina con una amarga profecía, de tono claramente bíblico.  Teme que se levante huracanado del blando territorio del invierno y estalle y truene y caiga diluviado sobre tu sangre duramente tierno. Teme un asalto de ofendida espuma y teme un amoroso cataclismo. Antes que la sequía lo consuma el barro ha de volverte de los mismo. Fin (por ahora)

Teme que el barro crezca en un momento

El poeta lanza una serie de imprecaciones contra la amada, al ser despreciado por ella. Que no en vano el amante es barro. ¿Cabría ver entre las sombras y las luces de los versos del poema los sentimientos del escritor hacia Maruja Mallo en los momentos en que compone los versos? Harto de someterse a los puñales circulantes del carro y la pezuña, teme del barro un parto de animales de corrosiva piel y vengativa uña. Teme que el barro crezca en un momento, teme que crezca y suba y cubra tierna, tierna y celosamente tu tobillo de junco, mi tormento, teme que inunde el nardo de tu pierna y crezca más y ascienda hasta tu frente. (Continuará)

Miguel me llamo barro

Sigue el poeta llamándose barro, tremendamente horizontal, a lo felpudo, bajo los pies de la amada -toda vertical- que no le corresponde. Y aspira a sentir su "pie de liebre libre y loca" sobre sus labios, como si de un beso de barro se tratara. Apenas si me pisas, si me pones la imagen de tu huella sobre encima, se despedaza y rompe la armadura de arrope bipartido que me ciñe la boca en carne viva y pura, pidiéndote a pedazos que la oprima siempre tu pie de liebre libre y loca. Su taciturna nata se arracima, los sollozos agitan su arboleda de lana cerebral bajo tu paso. Y pasas, y se queda incendiando su cera de invierno ante el ocaso mártir, alhaja y pasto de la rueda. (Continuará)

Barro me llamo Miguel

Cuando el poeta pone a los pies de la chica "un gavilán de ala, / de ala manchada y corazón de tierra" quiero pensar que está refiriéndose al legón, herramienta dedicada al trabajo de la tierra en el regadío de nuestra Huerta. Sabido es que el legón tiene una boca con dos alas o gavilanes. El "corazón de tierra" debe de ser la tierra húmeda que se pega a la hoja de la herramienta. Más mojado que el rostro de mi llanto, cuando el vidrio lanar del hielo bala, cuando el invierno tu ventana cierra bajo a tus pies un gavilán de ala, de ala manchada y corazón de tierra. Bajo a tus pies un ramo derretido de humilde miel pataleada y sola, un despreciado corazón caído en forma de alga y en figura de ola. Barro en vano me invisto de amapola, barro en vano vertiendo voy mis brazos, barro en vano te muerdo los talones, dándote a malheridos aletazos sapos como convulsos corazones. (Continuará)

Aunque me llame Miguel me llamo barro

El poeta, en su ansia de amor físico, se transforma en barro torrencial a los pies de la amada, esperando que le corresponda. Como un nocturno buey de agua y barbecho que quiere ser criatura idolatrada, embisto a tus zapatos y sus alrededores, y hecho de alfombras y de besos hechos tu talón que me injuria beso y siembro de flores. Coloco relicarios de mi especie a tu talón mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto. (Continuará)

Aunque Miguel me llame me llamo barro

Miguel Hernández se inspiró en las riadas seculares que azotaron Orihuela y su Huerta para componer el poema central, el eje, de El rayo que no cesa . Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame. Soy un triste instrumento del camino. Soy una lengua dulcemente infame a los pies que idolatro desplegada. (Continuará)

La riada en Orihuela. Viaje al barro y a la literatura de la Huerta

Un viaje colectivo al barro El artículo que sigue forma parte del libro de Miguel Ruiz Martínez  Miguel Hernández y el paisaje de Orihuela , Orihuela, Fundación Cultural Miguel Hernández, 2018. Una visión, desde la literatura, del problema tremendo, más milenario que secular, de las riadas de la fachada mediterránea, concretada en la comarca de la Vega Baja del Segura. Un tremendo problema estructural de nuestra patria chica. Espero que su lectura contribuya a paliar, siquiera sea mínimamente, el terrible impacto de la actual riada sobre el espíritu de las personas afectadas. 24 Viaje al barro y a la literatura de la Huerta de Orihuela Lees y relees El rayo que no cesa . Y te detienes en su poema central, “Me llamo barro aunque Miguel me llame”. Quieres penetrar en su íntima esencia, que es la del barro. Te parece que caminas por alguno de los renglones del Génesis, cuando el hombre fue poniendo nombre a los animales de pelo y de pluma. Y se supone que también a las c