Ir al contenido principal

PROFANO DEMIURGO, JOSÉ MARÍA PIÑEIRO

 





El escritor, el poeta, se sienta ante la página en blanco. Está decidido. A su alrededor, tal cual, sin ordenar, el caos originario. Y quiere sistematizar la cosa. Explicarse a sí mismo en su entorno. Y poco a poco, subido al tiempo que pasa ineluctablemente, va componiendo su re-creación a través de la escritura. Y va proporcionándose a sí mismo, y también quiere que sirva para los demás, una respuesta, una cierta solución al enigma de la existencia que columbra, a través del fulgor de los días ardidos. Entre estas luminarias, la rosa aparece con sus pétalos encendidos en algunos versos.

A José María Piñeiro creo que me lo presentó el Coordinador Académico de la Cátedra Arzobispo Loazes ante la entrada de la Sala Villanueva, en 2013, cuando dio a conocer su Profano Demiurgo. Tengo referencias de su trayectoria como escritor, artista e impulsor de Empireuma, revista que ha llenado una parte importante del ámbito cultural oriolano durante las últimas décadas. Me leí su Profano hace varios años. Confieso que me asomo con cierta frecuencia a empireuma.blogspot.com, obteniendo solaz con la lectura de sus artículos y el regalo de sus imágenes. Verbigracia, su publicación referida a los murales populares sobre las viejas paredes de la calle Cinco de Marzo, corta vía urbana que une el Vallé, antiguo cenagal, con la calle de San Juan, que cubre las aguas de una lírica acequia que camina hacia la huerta. 

Profano Demiurgo va precedido por una presentación de Gregorio Canales Martínez y un concienzudo prólogo de José Luis Zerón Huguet, conocedor de la obra artística de Piñeiro. El poemario ha sido publicado por la Cátedra Arzobispo Loazes. La portada se basa en una fotografía de autor.

El conjunto se estructura en tres partes: “Explicatio”, “Tesituras” e “Itinerarios”. En la “Explicatio” el escritor se presenta como un demiurgo que creará el mundo a través de la palabra, mediante el verbo, el adjetivo, la palabra precisa, el alep, la sinonimia. Y sabe que una palabra puede ser dicha para conjurar un dolor. «La atención o la lectura genera universos» que el escritor encuentra en el arte, citando concretamente la Piedad de Miguel Ángel, las hilanderas velazqueñas, las catedrales barrocas, los dibujos de Miró, la pintura de Rotkho, la música de Bach, el paisaje de los impresionistas. Define el cometido de cada poeta, «que es vigía de la misma rosa que se repite distinta». Y termina mirando «el horizonte rasgado», viendo que «el final se liga con el principio» y que «la vida se teje y desteje en un día».

“Tesituras” se articula en 16 poemas claros, reposados. A través de los versos se muestra como un demiurgo modesto y democrático, que asume la creatividad del colectivo de los creadores. En ‘La escritura’ dice que «todos los libros son un solo libro» y que «quién escribe […] es nadie y es todos». En el siguiente poema comienza diciendo que el poeta «quisiera creer que la palabra ordena el universo». En ‘Todavía’ afirma, esperanzado, que «todavía la escritura supone tramos y retos a los ávidos escrutadores de lenguajes y universos». Y sigue con su poética: «Sólo la ficción es verdad», y que lo que importa es lo que deseamos creer, dándonos de esa manera la capacidad de crear a todas las personas. En una de las composiciones, al constatar que «el primer día de la creación se sigue debatiendo» se extasía ante «el griterío maravilloso de los niños». Avanzada la gavilla de tesituras, muestra el papel del tiempo en su creación, «el generoso argumento para que florezca el magnolio» y constata que, si «somos hablados por el lenguaje, somos escritos por el tiempo». Insiste en la importancia del presente, por ejemplo, «un cuerpo que pasa es una miríada potencial de caricias», invitándonos a practicar el carpe diem, la acción creadora, la aventura que quizá se ha demorado para siempre. Tras la lectura de ‘Eureka’ de Poe concluye, de la mano del norteamericano, que el universo es «el más sublime de los poemas», es decir, «la página escrita por los siglos», evidente paralelismo entre la creación del Genésis y la re-creación que preconiza el autor. En ‘Arrobo del amanuense’ muestra la delectación del escriba creador ante la escritura y la lectura, remitiendo quizá a la imagen del Escriba sentado. En el poema siguiente exclama al pasar la noche al raso, «qué luz compensará las fatigadas vigilias al fin». Al final constata que «basta una pequeña brecha para que la cruel consistencia de la superficie no sea perfecta».

             Gregorio Canales, en la ‘Presentación’, dice que la tercera parte del libro, ‘Itinerarios’, «es más explícita concreta. Es ahora cuando la palabra baja de su limbo originario, […] y define espacios concretos, circunstancias, ambientes o lenguajes». Acerquémonos a esos itinerarios. En ‘Secuencias de un instante’ nos transmite la sensación de plenitud. Todas las acciones están descritas con extraordinaria claridad en presente de indicativo. La luz se manifiesta en toda su belleza, en todo su esplendor. El presente es lo que importa, aunque se haga referencia al pasado: «La luz del sol es la misma ahora que hace miles de años». Los tres versos finales: «La gente pasea. Los niños gritan jubilosos. El cielo gira con la rotonda. / Embriagado por la luz, mi cuerpo me lleva. / Habito la hora inmarcesible y la noche no existe». Cuatro grabados, el romántico, el decadente, el superrealista, el minimal, le permiten crear a través de la visión, de la mirada, de la luz, de la escritura, en suma, lo que podrían ser cuatro de los días de su creación. Cómo sugiere ‘Apariencia profunda’ a Lucrecio redactando De rerum natura. El universo que sale de las manos, de las palabras, de la escritura de Piñeiro es circular. Júzguese a la luz de los dos versos claros que componen uno de los itinerarios: «La virtud del pájaro: su canto. / El canto del pájaro: su virtud».

Quedan, flotando en la memoria del lector, la persistencia de varias palabras que, a la manera de guadianas, vertebran en gran medida Demiurgo Profano. Dos de ellas relativas a la luz:  fulgor y ardido y sus sinónimos correspondientes. Y otra que muestra la rosa, su flor. Si el lector da un paseo por la rosaleda de Profano Demiurgo, quizá encuentre alguna compadecencia entre la rosa de José María Piñeiro, y la del asteroide B 612 del que era natural el Principito, la criatura más conocida del demiurgo Antoine de Saint-Exupéry. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

UVAS, GRANADAS, DÁTILES

 Uvas, granadas, dátiles. La Huerta y Miguel Hernández   Uvas, granadas, dátiles, doradas, rojas, rojos, hierbabuena del alma, azafrán de los poros. Uvas como tu frente, uvas como tus ojos. Granadas con la herida de tu florido asombro, dátiles con tu esbelta ternura sin retorno, azafrán, hierbabuena llueves a grandes chorros sobre la mesa pobre, gastada, del otoño, muerto que te derramas, muerto que yo conozco, muerto frutal, caído con octubre en los hombros.   El 30 de octubre de este año, en pleno otoño frutal de la Huerta de Orihuela,   se cumple el 111 aniversario del nacimiento de Miguel Hernández. El natalicio tuvo lugar en una casa de la calle de San Juan, en aquellos tiempos muy cerca de la Huerta, junto al antiguo y secreto cauce de la Escorrata o acequia del Escorratel, esa vía de agua dulce que parte presurosa desde los Azudes, enamorada de su boquera de rosca, hacia los bancales halófilos y sedientos que siempre esperan la lleg

ORIHUELA. ITINERARIO DE MEMORIA DEMOCRÁTICA II

  ORIHUELA  ITINERARIO DE MEMORIA DEMOCRÁTICA II MIGUEL RUIZ MARTÍNEZ COMISIÓN CÍVICA DE ALICANTE PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA Introducción Durante la Guerra Civil se creó el Museo de Orihuela, que tuvo como objetivo la conservación del patrimonio artístico y cultural de la ciudad, consiguiendo salvar gran parte del legado de la destrucción y del expolio. Un museo del que es heredero el actual Museo Diocesano de Arte Sacro. Desde los primeros días de la rebelión militar, de la misma manera que lo hizo el Gobierno de la República, el Comité de Enlace Antifascista y el Ayuntamiento del Frente Popular trataron de preservar parte del acervo cultural oriolano, a través de su incautación, pese a lo arriesgado de la extraordinaria situación que se vivía. Era una enorme paradoja el hecho de que los defensores del orden legal republicano tratasen de preservar un legado de siglos, marcado tan profundamente por la huella de la Iglesia católica y la nobleza, tildadas de colaborad

ANTONIO GRACIA II Comprended que cantar es el camino

  Antonio Gracia, poeta y maestro, incluye en la página 105 de Devastaciones, sueños. Antología poética , Madrid, Ediciones Vitruvio, 2011, una cita lamento de su heterónimo Angrac Ianto: ¡Cuánto siento no haber entendido mucho antes cuánta vida hay en la vida y cuánta muerte en la escritura! En dicha antología qué de regalos, entre los cuales: “La voluntad”, “El don”, “Arcadia nebulosa”, “La urdimbre luminosa”, “Premisas para un himno”. Qué de claridad, de esplendor, de fulgor, de música en versos que caminan hacia la perfección. Cuánta vida destilan. Por llevarle un poco la contraria: la vida está en la vida, también en la escritura.   La voluntad, p. 210   Cuando miro los árboles alzarse sobre el yermo, y erguir sus hojas verdes, como alas hacia el cielo azul, y siento que el estallido de su primavera es sólo voluntad y sed saciada, entro en mi corazón y lo conjuro para que en él renazca la alegría.   El don, p. 211   Si el agua fuera flor, o las estrellas relámpagos de añil, yo no